Tercer Ojo Inform...
14 de ago de 20202 min.
El gobierno de la 4T no se preocupa por la obesidad infantil en Oaxaca, tan solo el capital político. Aprobaron una ley para prohibir la venta de dulces y bebidas azucaradas a los niños en las “tienditas de la esquina”, misma que puso en riesgo de quiebra a más de 58 mil de estos negocios en la entidad y que, además, los deja en estado de vulnerabilidad ante posibles extorsiones de “asociaciones civiles”.
El subsecretario de salud, Hugo López-Gatell Ramírez, fue uno de los funcionarios que aplaudió dicha determinación por parte del congreso de Oaxaca, que modificó la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, con la finalidad de prohibir la venta, distribución, regalo o distribución de bebidas azucaradas y golosinas a los menores de edad.
Dicha reforma fue promovida con sudor y sangre por el diputado local Horacio Sosa Villavicencio, líder de la bancada de Morena en Oaxaca y otrora consejero estatal de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), organización que tomó la capital de la entidad en 2006 y que generó pérdidas millonarias. Incluso el hermano de Horacio, Flavio, fue detenido en 2006 por estos hechos.
El vínculo entre López-Gatell y los hermanos Sosa Villavicencio ha sido muy criticado, sobre todo después de darse a conocer un audio en el que se escucha una conversación entre el subsecretario de salud y el diputado local de Oaxaca:
“Nos parece una iniciativa excelente… Que lo hagan los congresos estatales va mostrar el camino”, se escucha a López-Gatell decirle al diputado, a manera de felicitación.
La llamada Ley Gatell abre la posibilidad a que asociaciones, como la APPO, adquieran la facultad de supervisar que los pequeños negocios cumplan con la nueva normativa y por ello exista el grave riesgo de caer en un esquema de corrupción y extorsión hacia los propietarios de dichos negocios, quienes de por sí proyectan una pérdida del 50% de sus ventas con la adopción de estas nuevas medidas.
Pero dicha reforma no contempla el tema del combate a la obesidad como su eje principal, ya que la misma no afectará a los negocios de comida callejera, donde la oferta de alimentos como tacos, tortas, memelas, sopes, fritangas y garnachas, tienen un alto contenido calórico, grasas saturadas y su aportación nutrimental es muy pobre.
Incluso la diputada Magaly López Domínguez, también de Morena, aclaró que dicha medida tan solo se aplicaría a los productos ofertados en las pequeñas tiendas, incluso indicó que los niños podría seguir como consumidores de bolis (congeladas), churros y otros “dulces típicos”, al igual que bebidas como tejate y atole, en los puestos ambulantes.
Sin embargo, dichos productos, de ser sometidos con el mismo rigor de la ley, tampoco deberían venderse a los niños, primero porque no informan de su valor nutricional, porque sus insumos no son sometidos a controles estrictos de higiene para garantizar que no contengan elementos patógenos o contaminantes y porque su consumo también fomenta la condición de obesidad entre la población infantil de Oaxaca.
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