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Ataques de pánico

Norma Luna


Sólo es útil, el conocimiento que nos hace mejores. (Sócrates)



Freud decía, quien lo padece, era como una relación entre lo biológico y un evento traumático, el cual procesa un sentimiento de angustia, sufre de la convicción, que la vida se acabará en ese momento, cae fulminado por un síncope, la amenaza de volverse loco; o bien el sentimiento de angustia que a conecta con la sensación de una perturbación con varias funciones corporales, la respiración, la actividad cardíaca, la inervación vaso motriz, la actividad glandular.


El Ataque de Pánico (AP) según el DSM-V “se caracteriza por la presencia temporal o aislada de miedo o de malestar intenso, acompañado al menos de cuatro de los siguientes síntomas físicos y cognitivos: 1) Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca; 2) Sudoración; 3) Temblor o sacudidas, 4) Sensación de dificultad para respirar o de asfixia; 5) Sensación de ahogo; 6) Dolor o molestias en el tórax; 7) Náuseas o malestar abdominal; 8) Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo; 9) Escalofríos o sensación de calor; 10) Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueo); 11) Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo); 12) Miedo a perder el control o de “volverse loco”; 13) Miedo a morir.”


Los familiares no entienden ni comprenden el tema, a nivel neurobiológico (cerebral / hormonal) y/o corporal, hasta que el afectado ya tienen síntomas que lo llevan a un deterioro personal, físico, social o de sobrevivencia.


El ataque de pánico arroja al individuo a desarrollar debilidades cognitivas, disminuye la interpretación de su actividad fisiológica, como fatiga, aumento progresivo en la velocidad de los pensamientos, puede terminar adquiriendo, una agorafobia (evitación de ciertas situaciones que producen ansiedad), con una dependencia a los los ansiolíticos, a veces con reacciones de depresión, por no poder resolver su problema, estos trastornos de ansiedad, anteriormente eran más frecuentes en mujeres, que en varones (de 2 a 3 veces más frecuentes), en la actualidad sube la frecuencia en los varones.


La edad de aparición se encuentra entre los 17 y los 35 años, justo en su edad más productiva. Los ataques de pánico pueden progresar por estrés, aliado con enfermedades como: una posible arterioesclerosis, Tiroides, alcoholismo, drogas, trastornos Audio vestibulares, hipertensión mal atendida o prolongada, asma, enfermedad cerebrovascular, infecciones, migraña prolongada, isquemia, tumores, síndrome premenstrual, alteraciones electrolíticas y anemia.


Algunos testimonios de pacientes, en su desesperación, se auto recetan medicamentos o afirman usar bebidas alcohólicas, fumar marihuana o usar algún ansiolítico sin receta. En la vida laboral, temen ser descubiertos y quedarse sin trabajo. En la vida familiar se convierten en dependientes emocionalmente de la

pareja o los padres.


La edad, la personalidad, la ideología, la preferencia sexual, la raza o la posición económica no son requisitos para no tener ataques de pánico. La acumulación de eventos no resueltos, caer en la profundidad de no saber, que hacer en caos, sin reparar en ello, habilita el trastorno, que sucumbe sin avisar. Profesionales han logrado, conducir a muchas personas, a disminuir la frecuencia de este padecimiento. Abordar los ataques de pánico, es un hecho, que los pacientes tienen los mismos síntomas, pero el éxito de los tratamientos no solo recae en uno solo, la eficacia a radicado, en farmacología, terapia psicológica, terapia laser frio, ejercicio, y una buena nutrición.


Lo más importante es que el paciente y familiares se informen lo más posible, sin prejuicio o desesperanza alguna. Los especialistas en tratar los ataques de pánico son expertos en Neurociencias, Neuropsiquiatra, Neurólogo, Psicólogo, o Medicina alternativa, con experiencia en estos eventos.


Reflexión: Hipócrates creía que el propio cuerpo tiene la capacidad de volver al equilibrio, con un buen estado de salud y un motivador que lo haga defenderlo: La fuerza natural dentro de cada uno de nosotros, es el mayor sanador de todos.


Referencia:


Fundación INECO (2022) Ataques de pánico una enfermedad que se expande



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