El huracán Beryl, convertido en un potente ciclón de categoría 4, ha dejado una estela de devastación en el sureste del Caribe, afectando a múltiples islas y causando graves daños materiales y humanos. Este fenómeno meteorológico, alimentado por las inusualmente cálidas aguas del Atlántico, ha puesto en alerta a varias naciones mientras sigue su trayectoria hacia Jamaica y las costas de México.
Beryl tocó tierra en Carriacou, una isla de Granada, causando la muerte de al menos seis personas y afectando a más de 25,000 habitantes. La isla sufrió grandes pérdidas materiales, incluyendo la destrucción casi completa de viviendas y edificios, así como cortes en la electricidad y caminos intransitables. Las islas cercanas de Carriacou y Petit Martinique fueron las más afectadas, con el agua, los alimentos y la fórmula para bebés como prioridades urgentes.
El primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, describió la situación como "desalentadora" y destacó la falta de electricidad y la destrucción de infraestructura. En San Vicente y las Granadinas, el primer ministro Ralph Gonsalves prometió reconstruir el archipiélago, señalando que el 90% de las viviendas de la Isla de la Unión estaban destruidas. En Venezuela, Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva, resultó herida por la caída de un árbol en Sucre, mientras el país reportó cinco personas desaparecidas.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) pronostica que Beryl perderá intensidad al acercarse a Jamaica, aunque seguirá siendo un huracán de categoría 3. Las islas Gran Caimán, Pequeña Caimán y Caimán Brac, junto con la costa sur de Haití, permanecen en alerta máxima. Los funcionarios han evacuado a gran parte de la población en estas áreas, anticipando marejadas ciclónicas y fuertes vientos.
Los daños provocados por Beryl han afectado gravemente la infraestructura de las islas caribeñas. En República Dominicana, se presentaron inundaciones y cierres de carreteras, dejando a medio centenar de personas sin vivienda. La intensidad del huracán también ha afectado la región norte de Venezuela, con fuertes lluvias y destrucción de propiedades.
El huracán Beryl ha sido el huracán de categoría 5 más temprano registrado en la temporada de huracanes del Atlántico. Los especialistas advierten que la crisis climática está haciendo que estos fenómenos sean más frecuentes e intensos. La última vez que el sureste del Caribe enfrentó un huracán de gran magnitud fue hace 20 años con Iván, que causó decenas de muertes y enormes daños materiales.
Los habitantes del Caribe reviven la tragedia de huracanes pasados mientras enfrentan los efectos de Beryl. Roy O'Neale, un residente de Granada, recordó el miedo y la destrucción causada por el huracán Iván, y describió la experiencia de vivir otro huracán como "realmente aterradora".
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