Un millón de migrantes cruzaron la frontera sur de México durante 2023, la cifra más alta registrada en los últimos 10 años, informó el coordinador del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García.
El activista señaló que la zona fronteriza entre Tapachula y Guatemala es considerada como una de las regiones con mayor movimiento de personas a nivel mundial. Asimismo, lamentó el fallecimiento de 60 migrantes de distintas nacionalidades en los últimos tres meses, tras aventurarse a caminar hacia el norte de México desde Tapachula con la esperanza de llegar a Estados Unidos.
García destacó que su labor implica asistir legalmente a decenas de venezolanos, centroamericanos y haitianos, facilitando procesos judiciales para asegurar que reciban atención conforme a órdenes judiciales. Algunos de los extranjeros a los que ayuda se han inscrito para poder entrar de forma regular a Estados Unidos desde hace 4 meses pero siguen a la espera de una respuesta.
En tanto, otros migrantes ya han sido autorizados para cruzar por la frontera norte de México; sin embargo, no cuentan con papeles para transitar por el país de forma legal.
El defensor de derechos humanos destacó que el Instituto Nacional de Migración (INM) ya no otorgará visas por razones humanitarias, porque no están obligadas a otorgarlas, por lo que consideró que las autoridades deben emitir Formas Migratorias Múltiples u oficios de salida.
Asimismo, indicó que en la frontera norte los migrantes pueden pagar hasta 90,000 pesos para alcanzar el sueño americano, mientras que en el sur del país se han quedado rezagados los más pobres.
“Aquí en Tapachula, están los migrantes pobres, regados en todas partes y la gran mayoría caminando por toda la carretera”, lamentó.
Al respecto, Ysguel Jean, un migrante de Haití, narró que lleva dos meses esperando su número de registro como refugiado ante las autoridades migratorias, sin que, a la fecha, puedan resolverle su situación para poder obtener un documento.
“Muy difícil para todos los migrantes, no solamente para los haitianos, sino para otros migrantes africanos, venezolanos y todos sufren, yo viajo solo”, expresó.
Por su parte, Silvia Elizabeth Flores, originaria de El Salvador, lleva alrededor de cuatro meses en Tapachula. Salió principalmente por una desintegración familiar y la pérdida de su empleo.
“Ahora, estamos varados sin respuesta de ninguna institución (…) solo nos dicen que hay esperar correos”, comentó.
Flores consideró que se encuentran atrapados y encerrados en Tapachula, ya que su objetivo es poder salir de Chiapas para poder trabajar.
Por último, dijo que México es un país que tiene buenas oportunidades para ofrecer a los migrantes, mientras autoridades se ocupan de cómo poder beneficiarse de la fuerza laboral que cruza por el país con destino a Estados Unidos.
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