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Descifrando a Ómicron

Por Carol Perelman

@carol_perelman


Ómicron, la quinta variante de preocupación recién nombrada así por la Organización Mundial de la Salud, tiene a los gobiernos, a las empresas y a todas las sociedades de distintas latitudes en ascuas. Mientras los científicos, médicos y epidemiólogos trabajan horas continuas para darnos mayor información sobre ella, dejo un resumen de lo que sabemos y falta por comprender de esta nueva versión del SARS-CoV-2.


Son 15 preguntas resueltas sobre la variante que lleva la decimoquinta letra del alfabeto griego: Ómicron


1. ¿Por qué se llama así?


Inicialmente las redes sociales le asignaron el nombre de Nu por ser la letra del alfabeto griego que seguía en el orden en que la Organización Mundial de la Salud las ha nombrado, con la idea de no lidiar con números ni estigmatizar regiones geográficas según su origen. Sin embargo, para evitar confusiones al llamarla “Nu variant” que auditivamente podría sonar a “new variant” y para no utilizar un apellido común “Xi”, se bautizó como “Ómicron”, la letra griega que seguía.


2. ¿Por qué es variante de preocupación?


Recordemos que se clasifica a las variantes detectadas como variante de monitoreo (cuando tienen alguna mutación relevante para ir observando), variante de interés (cuando empieza a predominar en alguna población, y entonces se asigna letra griega, como se hizo con Lambda) y variante de preocupación (cuando las mutaciones que tiene hacen un cambio en su comportamiento, como lo observamos con Alfa, Beta, Gama, Delta y ahora Ómicron). Aún no tenemos la clasificación siguiente, una variante de gran consecuencia, que sería aquella capaz de evadir la inmunidad generada por vacunas por completo.


Ómicron fue clasificada como variante de preocupación por recomendación de las autoridades de Sudáfrica ya que presenta una “constelación de mutaciones” tales que preocuparon a los científicos del país africano. Reúne algunas mutaciones que comparte con otras variantes de preocupación que sabemos le confieren mayor transmisibilidad a Alfa y Delta, así como mutaciones que tienen Beta y Gama que le proveen la capacidad de evadir en cierto grado la inmunidad generada por la vacuna y la producida tras recuperarse de COVID-19, respectivamente. Este conjunto de nueve mutaciones conocidas en la zona de la espícula, proteína S, además de varias más no conocidas pero presentes en la región más sensible del virus, justamente en la zona que utiliza para anclarse a nuestras células, hacen que los científicos hayan sonado la alarma. Sólo como referencia, las variantes de preocupación antes identificadas tenían entre 11-13 mutaciones en la proteína S, mientras que Ómicron tiene 30-32. Es importante comprender el significado que este conjunto de mutaciones tiene para su comportamiento. Conocemos la función de algunas mutaciones de forma puntual, pero no la forma en que funcionan cuando coinciden.


3. ¿Por qué se detectó?


Hay que destacar que el trabajo de los científicos sudafricanos ha sido ejemplar tanto en el monitoreo como en la rapidez de la comunicación sobre los hallazgos con el resto del mundo; esta apertura y transparencia ha permitido una respuesta ágil de países, organismos internacionales y también de las farmacéuticas para verificar la eficacia de sus vacunas frente a esta nueva variante y diseñar en su caso nuevo candidato vacunal específico en caso de requerirse.


El aumento estrepitoso de casos en la provincia de Gauteng en Sudáfrica hizo que se encontrara esta variante B.1.1.529 según la nomenclatura Pango, 21K para Nextrain, en 77 casos entre el 12-20 de Noviembre luego de que Botswana también encontrara un caso el 11 de noviembre.


4. ¿De dónde es la variante?


El que se haya detectado en Sudáfrica no quiere decir que sea de ese país; sólo que la estrategia de monitoreo ahí la pudo detectar; quizás esta variante se haya generado en algún otro país africano con menor capacidad de vigilancia genómica y por ende pasó desapercibida hasta que llego a un país con las capacidades de monitoreo de Sudáfrica o Botswana.

5. ¿Por qué se generó esta variante?


Sabemos que entre más oportunidades le demos al virus de replicarse, entre más casos haya, encontrará mejores versiones de sí mismo. Ya habíamos dicho que una región con tan baja cobertura de vacunas es propicia para la generación de una variante. Pero, además, la lejanía genética que esta variante tiene respecto a las demás nos hace entender que quizás se gestó en algún paciente con inmunosupresión. Expertos sugieren que posiblemente se haya generado en un paciente con SIDA que por un largo tiempo hospedó al virus permitiendo que adquiriera tal “constelación” de mutaciones y ocasionando que “muestre un salto evolutivo”, como comentó el científico Tulio de Olivera en su reporte inicial.


Esto solo evidencia la importancia de ampliar la cobertura de vacunas, la urgencia de generar mayor equidad en la distribución y aplicación, además de la necesidad de proteger especialmente a las personas inmunocomprometidas o inmunodeprimidas por trasplantes de órganos, terapias de cáncer, tratamientos de enfermedades autoinmunes, entre otras. Más del 50 por ciento de la población mundial ha recibido al menos una vacuna, mientras que solo el 5 por ciento de la población en el continente africano. Esta inequidad en la cobertura es uno de los factores que contribuyó a la formación de esta variante y sin duda nos recuerda que de nada sirve protegernos si no nos protegemos todos como humanidad. Ya aprendimos que si el virus está en un lugar, está en todas partes.


6. ¿Qué es lo que preocupa?


Las tres grandes preguntas en torno a esta nueva variante son si tiene un cambio en la severidad de la COVID-19 que genera, si aumenta su contagiosidad y si esta variante es capaz de evadir la inmunidad generada por las vacunas y/o por haber tenido COVID-19. Estas preguntas son fundamentales para entender el significado de esta nueva variante de preocupación que, como dijo el Presidente Biden, por ahora es para “preocuparse pero no para apanicarse”.


Aún requerimos tiempo para dilucidar con certeza estas tres preguntas pero exploraré lo que sabemos sobre cada uno de estos tres puntos con resultados preliminares y observaciones anecdóticas por parte de los médicos y científicos de Sudáfrica para comenzar a esbozar la evidencia que tenemos.


7. ¿Qué sabemos de su transmisibilidad?


Según los datos de la provincia de Gauteng esta variante tiene una mayor contagiosidad que Delta; de forma preliminar parece que tardó una quinta parte del tiempo en lograr la misma proporción de casos, por lo que aunque aún son pocos, presuntamente estamos frente a una variante más contagiosa. Los modelos indican que es 500 por ciento más contagiosa que la Delta. La variante dominante en el mundo sigue siendo Delta, por lo que es importante entender la interacción entre éstas para comprender si Ómicron será capaz de desplazarla. El aumento en contagiosidad sería una ventaja evolutiva esperada debido a que el virus busca adaptarse al ser humano y garantizar su permanencia; una variante más contagiosa sería la respuesta biológica a esta necesidad natural. Pero aún es preliminar, aunque vemos aumento estrepitoso de casos en Sudáfrica, podrían deberse a otros factores.


8. ¿Qué sabemos de su severidad?


Sin duda es importante saber si la sintomatología de COVID-19 que ocasiona esta nueva variante es similar, más grave o más leve que la de las anteriores. Incuso sería ideal conocer si la proporción de complicaciones, su letalidad, se vería modificado por este cambio en sus mutaciones. Ya a dos años de pandemia sabemos que COVID-19 es una enfermedad marcada por lapsos de dos semanas, intervalos en que conocemos los números de casos, las hospitalizaciones seguidas de las muertes. Ahora, en tan corto tiempo desde su detección, sabemos poco sobre esos escasos casos detectados en Sudáfrica y, principalmente, de personas previamente sanas, la mayoría de jóvenes universitarios. En este contexto, la noticia que dio la Asociación Médica de ese país coincide con el reporte de una de las doctoras que encontró casos leves, casi sin pérdida de olfato ni gusto, pero con fatiga extrema y dolor en las articulaciones. Evolutivamente, si realmente esta es una variante más leve podría significar que SARS-CoV-2 se esta comenzando a atenuar para convivir de forma mas armoniosa con el hospedero, es decir, con nosotros. Sin embargo es pronto para saberlo. Requerimos entender cómo esta variante ocurre en personas de mayor riesgo de complicaciones por su edad, comorbilidades o no estar vacunadas, así como comprender su letalidad. Hoy el número de hospitalizaciones en Sudáfrica esta incrementando, pero difícil entender si es porque es una variante más contagiosa y en la misma proporción que antes requiere atención médica, o más bien si los casos son resultado de una mayor virulencia. No lo sabemos aún. Es pronto. Como dije, los reportes iniciales son alentadores pero demasiado iniciales.


9. ¿Qué sabemos de su capacidad para evadir inmunidad?


Algunas de las mutaciones que esta variante tiene pueden indicar cierta capacidad para evadir la inmunidad generada por las vacunas, así como por haber sobrevivido la enfermedad. Quizás esta variante sí evada en cierto grado, pero aún no sabemos en cuánto. Ya se saben de casos positivos con esta variante en personas recuperadas y en personas vacunadas, pero al ser pocos casos no conocemos en qué proporción se dé esta evasión. Sin embargo, como aseguran los médicos en Sudáfrica, científicos como la Dra. Mónica Gandhi y el Dr. Anthony Fauci, las vacunas seguirán funcionando contra esta variante, por lo que es inminente que quien no se haya vacunado lo haga; que quien se recuperó de COVID-19 y sigue confiando en su inmunidad natural, se vacune y, quien pueda, reciba cuánto antes su refuerzo ya que sabemos que después de seis meses de la aplicación de la segunda vacuna (y a dos meses de la unidosis de Johnson&Johnson) comienza la pérdida de inmunidad. No quiere decir que la pérdida sea total, pero si decae la protección.


10. ¿Qué medidas deben tomar los gobiernos frente a Ómicron?


Como países es importante monitorear con cuidado a esta variante. Hallarla y vigilar su esparcimiento en la comunidad. Hoy sabemos que el virus viaja en avión, por lo que algunos países han optado por cerrar o limitar sus fronteras con el afán de ganar tiempo para tener mejores estrategias y más información para el control de esta variante. Otros países, como México, han reforzado su búsqueda a través del Consorcio de Vigilancia Genómica. Hoy esta variante está ya en todos los continentes, con casos confirmados en Asia, Oceanía, América y en varios países de Europa y África. Las pruebas para ingresar a países y las cuarentenas han sido esenciales para que estos países las hayan detectado con tal rapidez. En México se detectó un caso.


11. ¿Cómo se encuentra?


Al igual que la variante Alfa, puede ser detectada por una prueba específica de PCR, por lo que no se requiere la secuenciación genómica completa para confirmar su presencia. Esto hará más sencilla y rápida su detección.


12. ¿Y si no funcionaran las vacunas?


Varias farmacéuticas, entre ellas BioNTech-Pfizer, Moderna, Johnson& Johnson, AstraZeneca, Novavax, ya avisaron que trabajan en la elaboración de nuevas vacunas, basadas en la original, modificándolas específicamente contra Ómicron y, de ser necesario, las tendrían listas en unas 12 semanas.


13. ¿Qué podemos hacer para protegernos?


Primero que nada, saber que esta variante `-como las demás- se propaga principalmente por vía aérea, por lo que las medidas como uso de cubrebocas, ventilación y evitar aglomeraciones, funcionan. Además, ahora que comienza la cuarta ola de contagios en México y ha bajado la temperatura, con mayor razón hay que reforzar los cuidados y bajar la exposición, sabiendo que la única forma de minimizar el riesgo es acumulando varias medidas a la vez. Y a vacunarse los jóvenes, quienes no lo han hecho y quienes siguen confiando en la inmunidad por haberse recuperado de COVID-19.


14. ¿Los tratamientos contra COVID-19 seguirán sirviendo?


Las mutaciones de Ómicron alteraría aquellos tratamientos específicos contra la espiga o proteína S; es por ello que los estudios que se están realizando también van encaminados a entender si los anticuerpos monoclonales seguirán funcionando contra ella.


Seguramente los antivirales de Merck y Pfizer, así como el Remdesivir, diseñados para bloquear la replicación del virus una vez dentro de la célula, sí podrán utilizarse en cuanto queden autorizados, al igual que los medicamentos contra interleucinas o como la dexametasona, autorizada para las etapas avanzadas. Pero todo esto se sabrá conforme avance la información.


15. ¿Cómo seguir informado?


Es importante que te informes por medios confiables sobre los avances, pero que tomes la información con el debido contexto, ya que en los próximos días comenzaremos a tener datos importantes de las tres preguntas fundamentales, pero toda será preliminar. No debemos sacar conclusiones hasta comprender realmente las implicaciones. Recuerda que la variante dominante ahora es Delta y debemos evitar contagiarnos.


Por ahora, a tener paciencia y a seguir cuidándonos.



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