Redactor: Joel Charles
El Canal de Panamá, una arteria vital en el comercio mundial, enfrenta una crisis sin precedentes debido a la sequía que está afectando gravemente su operación. Esta vía fluvial, que conecta dos océanos y facilita el paso del 6% del comercio global, incluyendo el 40% de los contenedores de Estados Unidos, se encuentra al borde del colapso. Con más de 12,000 barcos que lo atraviesan anualmente para transportar carga a más de 160 países, la congestión es palpable y las consecuencias económicas son significativas.
La situación actual en el Canal de Panamá se ha vuelto desesperante. La falta de lluvias en la región durante los últimos cinco años, con una reducción del 20% en comparación con la media histórica, ha dejado al canal en uno de los períodos más secos desde la década de 1950. A medida que los niveles de agua disminuyen, las autoridades han tomado medidas drásticas, reduciendo la cantidad de barcos que pueden cruzar diariamente, pasando de 16 a 14 naves, y restringiendo el calado y el peso máximo de los buques. Sin embargo, estas medidas no han logrado resolver la crisis.
La congestión en el Canal ha llegado a niveles críticos, con una cola de más de cien embarcaciones, lo que se traduce en días de espera y pérdidas millonarias para las compañías. En respuesta a esta situación, muchos transportistas están optando por pagar sumas exorbitantes para saltarse la cola y cruzar el canal lo antes posible. Se informa que un transportista anónimo desembolsó la asombrosa cifra de 2.4 millones de dólares en una subasta organizada por las autoridades para acelerar su tránsito.
La Autoridad del Canal de Panamá ha implementado un sistema de subastas para aquellos que desean evitar las colas, y las pujas más altas provienen principalmente de transportistas de gas licuado de petróleo o gas natural licuado. Oystein Kalleklev, director ejecutivo de Avance Gas, una compañía naviera, señaló que saltarse la cola es posible, pero a un costo inmenso. Este costo se suma a la tarifa regular, lo que significa que algunos transportistas pueden gastar hasta tres millones de dólares para garantizar que sus barcos crucen el canal sin demoras.
Esta no es la primera vez que los barcos enfrentan tarifas exorbitantes para cruzar el Canal de Panamá. El gigante naviero Maersk informó que el peaje normal para cruzar la vía fluvial ya asciende a 400,000 dólares. Además de esta tarifa, tuvieron que pagar 900,000 dólares adicionales por cada uno de sus dos barcos que no pudieron obtener un lugar en la cola. Según Business Insider, las tarifas para cruzar varían ampliamente, desde 150,000 dólares hasta más de un millón de dólares, dependiendo del tamaño y el peso de la embarcación.
En la actualidad, más de cien barcos se encuentran varados en ambas entradas del canal, lo que genera preocupaciones significativas para las compañías a medida que se acerca la temporada navideña. Los tiempos de espera para cruzar el canal han aumentado drásticamente, superando en algunos casos una media de cuatro días, lo que representa un incremento del 100% en comparación con los tiempos habituales, según project44, una plataforma de suministro.
La sequía que afecta al Canal de Panamá es alarmante. Esta gigantesca infraestructura, que requiere aproximadamente 193 millones de litros de agua para cada uno de los 12,000 tránsitos anuales, se ha visto perjudicada por la falta de lluvias, que también ha afectado a los lagos que lo alimentan. El lago Gatún, el principal suministrador de agua al canal, ha alcanzado niveles históricamente bajos en julio.
La situación se agrava con la advertencia de la Autoridad del Canal de que la falta de lluvia pone en riesgo el sistema de esclusas, un componente fundamental para mover los barcos de un océano a otro.
Ante esta crisis, las autoridades ya están explorando alternativas, como el Canal de Suez, que ha reducido sus tarifas de tránsito, o la posible apertura de una ruta competitiva por el Ártico debido al calentamiento global. El proyecto de construcción de un canal en Nicaragua también se perfila como una opción viable para el futuro.
La situación en el Canal de Panamá es un recordatorio urgente de la vulnerabilidad de las infraestructuras globales ante los efectos del cambio climático y la importancia de buscar soluciones sostenibles para garantizar el flujo ininterrumpido del comercio mundial.
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