Redacción Tercer Ojo
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), las razones económicas son los principales impulsores de la migración desde países centroamericanos hacia Estados Unidos. Esto supera otros factores como la violencia, la inseguridad y los desastres naturales. Miguel del Castillo, jefe de la Unidad de Desarrollo Social de la Cepal en México, subraya la importancia de abordar estas causas estructurales para controlar la salida de personas de estas naciones.
Una serie de entrevistas realizadas por el Colegio de la Frontera Norte a migrantes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, que transitaban por la frontera sur de México en 2022, revelaron que la desocupación y el empleo precario en sus países de origen son las razones principales para emigrar a Estados Unidos.
Durante el seminario “Brechas de desigualdad en Centroamérica, México y El Caribe”, Del Castillo resaltó la promesa de mayores ingresos en Estados Unidos como un factor atractivo para los migrantes. Se discutió un libro titulado “Brechas estructurales en América Latina y el Caribe”, que examina el crecimiento y desarrollo de la región desde una perspectiva diferente al enfoque neoclásico tradicional.
Comparando los salarios, se descubrió que el salario mínimo en México es solo el 38.6% del salario medio en Estados Unidos, y en las regiones fronterizas del norte, donde los salarios son más altos, llega al 51.7%. Este desfase se mantiene a pesar de los esfuerzos gubernamentales por mejorar los salarios mínimos en México.
Este mismo patrón de baja remuneración se observa en toda la región: Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua. En estos países, la posibilidad de ganar hasta siete veces más que en Estados Unidos es un fuerte incentivo para migrar. Del Castillo explicó que, a cambio, la economía estadounidense depende en gran medida de la mano de obra hispana para mantener sus niveles de producción.
Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, desde 2015 hasta 2022, más de la mitad de los nuevos empleos creados en el país fueron ocupados por trabajadores hispanos, siendo el 23.2% de estos trabajadores de origen mexicano. Para controlar la migración, Del Castillo insiste en la necesidad de abordar las causas económicas que obligan a las personas a buscar una vida mejor en el extranjero.
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