Mi abuelo era un chamán poderoso
que conocía el lenguaje de los dioses.
Pero él quiso ser un buen salvaje,
aunque nunca lo consiguió.
Escrito originalmente en zoque por Mikeas Sánchez
Publicado en masdemx.com
Por José Manuel Rueda Smithers
En estos momentos tan revueltos para la política mexicana, la iniciativa presidencial -tal vez a propósito, tal vez por distracción- abrió las puertas a la sucesión entre su propio equipo cercano y, en pocas semanas, ha generado un mar de especulaciones, comentarios y estrategias desde todos los ángulos, lo que a todas luces es un adelanto forzado y poco conveniente. Pero eso es arena de otra cultura.
La parte positiva de esta semana: realmente motivante fue ver participar a la ministra Margarita Ríos Farjat representando a México en la “Semana de la ley, la justicia y el desarrollo”, donde expuso los avances del país en la protección de los derechos de comunidades indígenas y afromexicanas.
En evento organizado por el Banco Mundial, la presidenta de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), habló del camino jurídico del país en la lucha por la equidad racial y la erradicación de la discriminación contra esas comunidades, generalmente marginadas y marginales.
Se considera que más de 25 millones de mexicanos son indígenas, de los cuales, 7.4 millones hablan una lengua indígena y sólo 6.5 por ciento de la población nacional tiene como idioma primario una lengua indígena.
En tanto, son la minoría más invisibilizada de América Latina, formada por más de 133 millones de personas, la mayoría concentrada en Brasil, Venezuela, Colombia, Cuba, México y Ecuador, de acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial: Afrodescendientes en Latinoamérica: hacia un marco de inclusión.
La magistrada Ríos Farjat fue la única connacional que nos representó en el evento y dejó en claro que la Suprema Corte prioriza la protección de los derechos de esos grupos, a través de una interpretación sensible y expansiva de la Constitución, “procurando entender las problemáticas que viven desde adentro, y no desde afuera”, dijo.
Y citó como ejemplo casos en los que “la SCJN ha desplegado su fuerza institucional” para proteger los derechos individuales y colectivos de quienes pertenecen a estas comunidades. “Uno de ellos, la declaración de inconstitucionalidad de un artículo de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que determinaba que las emisoras debían hacer uso del idioma nacional”, aún cuando la Constitución reconoce y protege las lenguas indígenas y no establece el uso del español como lengua oficial, aseveró.
Ríos Farjat subrayó que, a diferencia de otros países, estos avances “no provienen de frenar una política activa de segregación, sino de despertar de un largo desdén histórico”, pues prevalece la tendencia a ignorar el derecho que tienen a desempeñar una parte activa en la toma de las decisiones nacionales y, más aún, de las decisiones que les atañen directamente y que inciden en su desarrollo económico y social.
Importante subrayar lo que el INEGI tiene al respecto en nuestro país: “algunos datos hasta el momento indican un registro de 1.4 millones de mexicanos que se autoidentificaron como afros, es decir, 1.2 por ciento de la población, la cual se ubica principalmente en los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Estado de México y Ciudad de México”. Parecieran pocos en número, pero no es así.
Este año, la “Semana de la ley, la justicia y el desarrollo”, evento anual del Banco Mundial, giró alrededor de los efectos del racismo en los esfuerzos globales para erradicar la pobreza.
Hay que frenar, a toda costa, la discriminación, se trate del tema que se trate
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