En una muestra de descontento sin precedentes, más de 250 exgobernadores, exdirigentes y militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) han solicitado al Instituto Nacional Electoral (INE) que desconozca la reciente Asamblea Nacional del partido, encabezada por Alejandro “Alito” Moreno. La asamblea, realizada el 7 de julio de 2024, aprobó modificaciones a los estatutos del partido que permiten la reelección de Moreno hasta 2032, un movimiento que muchos dentro del PRI consideran antidemocrático y perjudicial para el futuro del partido.
Los exmandatarios estatales y líderes priistas, liderados por figuras como Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell y Enrique Ochoa Reza, han manifestado que la asamblea fue convocada de manera apresurada y en violación de la normatividad partidista. Argumentan que el propósito de la asamblea era manipular los estatutos del partido para permitir la reelección de Moreno y concentrar aún más poder en su figura, lo que consideran un intento de perpetuar su liderazgo en detrimento de los principios democráticos del PRI.
En un comunicado conjunto, estos líderes han pedido la creación de un Comité Ejecutivo Nacional (CEN) provisional que gestione el partido hasta que se realicen nuevas elecciones internas. Este CEN interino tendría la responsabilidad de garantizar una transición justa y democrática dentro del PRI, respetando los principios de no reelección y alternancia en el liderazgo del partido.
La batalla jurídica apenas comienza. Los exdirigentes del PRI han presentado una impugnación ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), argumentando que las modificaciones estatutarias violan la Ley General de Partidos Políticos, que prohíbe realizar cambios a los documentos básicos del partido durante un proceso electoral. Según los inconformes, la asamblea se llevó a cabo sin el debido respeto a los procedimientos legales y sin la participación adecuada de la militancia.
Alejandro Moreno asumió la dirigencia del PRI en 2019, y su mandato debía concluir en 2023. Sin embargo, se extendió su periodo para liderar los esfuerzos del partido en las elecciones estatales y federales de 2024. Bajo su liderazgo, el PRI ha experimentado algunos de los peores resultados electorales de su historia, incluyendo la pérdida de importantes bastiones como el Estado de México y la reducción a solo dos gobernaturas en todo el país.
La controversia sobre la reelección de Moreno ha generado un amplio debate sobre la necesidad de reformas dentro del PRI para recuperar su relevancia política y asegurar su viabilidad a largo plazo. Los líderes que se oponen a Moreno abogan por un retorno a los principios fundacionales del partido, basados en la democracia y la justicia social, como la única manera de revitalizar al PRI y hacerlo competitivo en el panorama político actual.
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