
La reforma judicial enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra en un punto crítico. Morena y sus aliados necesitan un voto adicional en el Senado para alcanzar la mayoría calificada que les permita aprobar esta polémica reforma constitucional. Este escenario plantea la pregunta clave: ¿quién será el traidor en el Senado?
Para poder aprobar la reforma judicial, Morena necesita dos terceras partes del Senado, lo que equivale a 86 votos. Con la reciente adquisición de dos senadores del PRD, Sabino Herrera y Araceli Saucedo, el bloque oficialista se queda a un solo voto de alcanzar ese umbral. Sin embargo, los líderes de Morena, Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña, han asegurado que ya tienen ese voto faltante e incluso algunos más.
Existen dos posibles fuentes del «voto traidor»: el PRI o Movimiento Ciudadano (MC). El PRI cuenta con 16 senadores, aunque uno de ellos, Manlio Fabio Beltrones, fue expulsado del partido. Por otro lado, MC tiene cinco senadores, lo que convierte a ambos bloques en el objetivo de las negociaciones políticas para conseguir el voto decisivo.
El PRI y el posible traidor
Dentro del PRI, un nombre que suena con fuerza es el de Alejandro Moreno, conocido como «Alito», el líder del partido. «Alito» tiene un interés personal en mantener su liderazgo al frente del partido, pues su reelección ha sido controvertida y aún debe ser validada por el Instituto Nacional Electoral (INE). De acuerdo con varias especulaciones, Moreno podría utilizar su influencia para asegurar el voto que Morena necesita a cambio de garantizar su permanencia en el cargo.
El exgobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, es otro priista que ha sido mencionado en este contexto. Sin embargo, debido a su delicado estado de salud tras una reciente intervención quirúrgica, su participación en la votación es incierta. A pesar de todo, Riquelme ha expresado su intención de votar en contra de la reforma, o en su defecto, de delegar su voto a su suplente con la misma instrucción.
Por otro lado, Movimiento Ciudadano también se perfila como un posible campo fértil para el voto traidor. En Jalisco, la constancia de mayoría que avala a Pablo Lemus como gobernador electo aún no ha sido emitida oficialmente por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Esto podría abrir la puerta a una negociación.
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