El Gobierno de Estados Unidos ha tomado una postura firme en respuesta a las acusaciones de injerencia extranjera en sus procesos electorales. Esta vez, la sancionada es la cadena estatal rusa RT (Russia Today) y otros medios de comunicación afiliados al Kremlin, a quienes se les acusa de intentar manipular la opinión pública estadounidense a través de la distribución de propaganda y desinformación. La medida forma parte de un esfuerzo más amplio del gobierno estadounidense para contrarrestar las influencias extranjeras malignas que amenazan su sistema democrático.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado cargos penales y ha incautado dominios de internet vinculados a RT y otros medios estatales rusos. Según la acusación, estos medios no solo actuaban como plataformas de noticias, sino que también participaban activamente en la contratación de ciudadanos estadounidenses, quienes, sin saberlo, repetían el punto de vista del Kremlin en redes sociales. Se les acusa de crear y distribuir contenidos que favorecían la narrativa de Moscú, utilizando técnicas sutiles para influir en la opinión pública antes de las elecciones presidenciales.
El secretario de Justicia, Merrick Garland, fue claro en su mensaje: «No permitiremos que Rusia, Irán o cualquier otro agente extranjero malintencionado interfieran en nuestras elecciones». Garland subrayó que esta campaña de desinformación y propaganda no es un ataque directo a las opiniones o reportajes de estos medios, sino a las tácticas encubiertas que utilizan para influir en el proceso electoral estadounidense.
Sanciones contra otros medios rusos
Además de RT, medios como Sputnik, TV-Novosti, y Ruptly, también fueron señalados por el Departamento de Justicia y el Departamento de Estado. A estas entidades, se les ha impuesto restricciones de viaje y sanciones económicas, mientras se procede con la confiscación de dominios de internet utilizados en la campaña de injerencia.
Uno de los casos más destacados es el de dos empleados de RT, Konstantin Kalashnikov y Elena Afanasieva, quienes están siendo investigados por pagos encubiertos a una empresa estadounidense de contenidos. Según las autoridades, la empresa no tenía conocimiento de que estaba siendo utilizada como vehículo para la propaganda rusa, y su trabajo incluyó la creación de más de 2,000 vídeos con el objetivo de dividir a la sociedad estadounidense.
Riesgos para la democracia y las próximas elecciones
Las acciones de Moscú han sido una preocupación constante para las agencias de inteligencia de Estados Unidos desde las elecciones de 2016, cuando las investigaciones revelaron intentos rusos de favorecer al entonces candidato republicano, Donald Trump. A pesar de las acusaciones, Rusia ha negado sistemáticamente su participación en estos hechos.
El Gobierno de Joe Biden ha adoptado una postura decidida contra cualquier intento de interferencia extranjera, imponiendo sanciones y adoptando medidas preventivas para garantizar la integridad del proceso electoral en las elecciones presidenciales de noviembre. Washington también está vigilante respecto a las actividades de otros países como Irán, a quienes acusa de intentar hackear las campañas tanto de los candidatos republicanos como demócratas.
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