Redacción Daniel Lee
La Marea morada, y verde alzó su voz e inundó las calles de la ciudad de México y esto se replicó en distintos puntos del país; mujeres y familias enteras, salieron a plazas públicas para exigir a las autoridades mexicanas justicia y la aplicación de políticas públicas efectivas en contra de la violencia de género.
Aunque hacia las 18 horas ninguna autoridad difundiera oficialmente algún estimado, lo que sí, es que se contaron por cientos de miles, por mucho la más numerosa de los últimos años.
Muchas voces, en muchos tonos, algunas también manifestándose en silencio, todas unidas, para que en libertad busquemos vivir en paz, así se vivió este 8M. “Ni una más”, “Ni una Menos” resonaron en los cinco contingentes para exigir se garantice el acceso a la justicia, se evite la re victimización, contra la diferentes formas de violencia, contra las mujeres, la violencia vicaria y digital, para las desaparecidas sean encontradas, y los feminicidios, no sean más estadísticas, donde las carpetas de investigación queden en el olvido.
Vale destacar de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública desde 2018 tienen un registro de diez mujeres asesinadas a diario, pero desgraciadamente lo que prevalece es la impunidad.
En este marco del Día Internacional de la Mujer diversos colectivos feministas, asociaciones, activistas y sociedad civil marcharon, y hoy con su acompañamiento, muchas mujeres se están atreviendo a denunciar, abren sus corazones, hay una sororidad evidente.
Miles de historias de dolor se congregaron y se hicieron visibles a través de cartulinas, fotos, mensajes y consignas que buscan ser visibles ante la indolencia y el desdén de las autoridades ante hechos de mujeres desaparecidas o violentadas, y también con demandas de igualdad laboral.
En el caso de las movilizaciones en la capital mexicana, estas comenzaron desde temprana hora y tuvieron el acompañamiento de mujeres policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México. Las colectivas iniciaron su marcha en el Monumento a la Revolución, así como en la Glorieta de las Mujeres que Luchan, aunque más tarde también cientos se congregaron en la Estela de Luz para sumarse a los contingentes para llegar al Zócalo capitalino.
Con pañuelos y prendas de color tanto verde como morado recorrieron las principales vialidades del Centro Histórico para llegar a la plancha del Zócalo capitalino.
En la Glorieta de las Mujeres se comenzó a gritar "Ni una asesinada más", además, se colocaron carteles exigiendo fin a la impunidad en casos de violencia contra las mujeres. Alrededor de las 13:00 horas, salió la primera vanguardia de la ola violeta de mujeres.
Centenas de voces celebraron: "No se va a caer, lo vamos a tirar", desde las banquetas, ventanas y calles aledañas a Paseo de la Reforma y así dio inicio la movilización por el 8M, que colectivas convocaron a partir de las 15:00, pero las manifestantes adelantaron ante la urgencia de ser escuchadas.
Con pancartas, lonas, cartulinas, pañuelos y banderas color morado y verde, principalmente, los grupos comenzaron a llegar al monumento a la Revolución se organizaron y comenzaron a avanzar hacia el primer cuadro del Centro Histórico.
“México Feminicida", "No seré una mujer libre mientras haya mujeres sometidas", "vengo a marchar por lo que le hicieron a mi abuelita" se lee en las cartulinas.
Entre sus frases destacaron el reclamo por falta de justicia, la impunidad, la petición de que si alguna falta, se apoye a sus madres o hijos y los reproches hacia autoridades porque siga la violencia en todas sus formas.
Previo a la protesta, colectivas se congregaron en el Zócalo capitalino a partir de las 21:00 horas de ayer, para escribir mil nombres de mujeres en las vallas metálicas que se colocaron para proteger Palacio Nacional por la marcha del 8M; esta tarde, en la plancha del zócalo de la CDMX, varias mujeres golpearon las vallas que protegen Palacio Nacional. Las manifestantes lograron doblar una parte de las vallas, por lo que elementos de la SSC intentaron colocarla de nueva cuenta en su lugar, siendo agredidas con polvo de extintores que una y otra vez les arrojaron.
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