Redacción Daniel Lee
Hemos roto los techos de cristal: primero para llegar a una magistratura. Basta ver que todavía en el Poder Judicial de la Federación hay 75 por ciento de juzgadores y poco más de 20 por ciento de juzgadoras; falta romper mucho, aunque podemos estar sumamente orgullosas de que el Poder Judicial esté presidido al fin por una mujer, pero tenemos todavía qué hacer mucho.
Así lo manifestó la magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, tras hacer un llamado a las mujeres juzgadoras, y reconocer la importancia de la sororidad a fin de seguir trazando la brecha para quienes vienen detrás.
Celebrar un 8M es una realidad pendiente y responsabilidad que hoy reside en gran medida en las mujeres juzgadoras de México, enfatizó.
“Por ello quiero recordar a todas y a cada una de las impartidoras de justicia nuestro deber y nuestra obligación de ver las diversas realidades que nos rodean a través de los juicios que resolvemos día con día y no solamente en la materia electoral sino todas las materias para tener esa sensibilidad”.
Esa ética como mujeres para poder transformar vidas, transformar realidades, que este 8M sea el recordatorio que tenemos como mujeres una gran responsabilidad con la ciudadanía y además una gran deuda que saldar con todas aquellas que antes de nosotras nos permitieron llegar aquí el día de hoy.
Y afirmó: “Así como abrimos camino para otras, otras abrieron el camino para que nosotras pudiéramos llegar, yo tuve en mi trayectoria mis superiores fueron varones hasta que me tocó una mujer, la magistrada de Circuito Doña Elvia Díaz de León que fue justamente mi jefa en el Consejo de la Judicatura Federal (CJF), y aprendí mucho de una mujer generosa con las demás mujeres, generosa con su saber, compartirlo para que justamente todas en nuestro entorno pudiéramos beneficiarnos de este conocimiento”.
Esta visión sensible plasmada en sus sentencias la llevó en 2016 a ocupar la Presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, indicó.
“Ha sido una experiencia fascinante, en momentos muy álgidos de la política mexicana como pudo ser el año 2018 con una cantidad considerable de elecciones y resultados sumamente distintos a lo que veníamos teniendo ya que solían darse elecciones muy cerradas como decimos en el argot y en este caso no fue el caso en 2018. 07:23 fui haciendo el trabajo que había de hacer porque esto es algo que a nosotras no se nos perdona, nosotras sí nos tenemos que preparar para llegar a dónde queramos llegar y además en mi caso no venía con el apoyo de algún partido político sino exclusivamente con mi trabajo y con lo que podía yo presentar”.
La mujer que quiere dedicarse a la función pública, señaló, tiene muchas limitantes y ninguna ayuda institucional. Por ello, desde la posición que tenía, impulsó una visión paritaria de trabajo en condiciones de igualdad.
Nos falta definitivamente mucho, nos enfrentamos con problemas de índole administrativo, yo quise poner una estancia infantil en el tiempo que fui presidenta, no se pudo concretar, aunque sí estuvo hecha la estancia, pero fue bloqueada.
Sin embargo, dijo, nos falta la consciencia de que como instituciones de estado tenemos el deber de facilitar condiciones de trabajo en igualdad de condiciones para todas y todos, dijo.
No obstante, en sentencias, el tribunal electoral ha asumido el compromiso de garantizar un enfoque progresivo en materia de género, ejemplo de ello es la reciente resolución que permite asegurar que será una mujer la próxima consejera presidenta del INE.
Estamos hablando que tiene 33 años de existencia y ha sido presidido por 12 varones, ni una mujer lo ha presidio, ¿por qué?, me parece que nadie podría decirme el por qué no, cuando eligen a la presidencia justamente el poder político a través de la cámara de diputados. Y por qué es importante que lleguen las mujeres a esos cargos, porque yo considero y estoy convencida de que nuestra ética de la política es distinta a la ética de la política que ellos tienen, la ética del poder es distinta al ejercicio del poder, es otra y una sensibilidad también que es distinta, las competencias y capacidades son las mismas, a veces más.
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