Redactor Fernando Galindo

Países de mayoría musulmana manifestaron su indignación por la profanación de un ejemplar del Corán en Suecia, algunos se preparaban para las concentraciones callejeras luego de las oraciones de mediodía para mostrar su descontento.
En los países de Irán, Irak y Líbano, los manifestantes planearon movilizaciones luego de que la policía sueca permitió el jueves una protesta en la que un iraquí de origen cristiano (que ahora se describe como ateo) que vive en Estocolmo, pisó y pateó un Corán (libro sagrado del islam) en el exterior de la embajada de Irak.
Horas antes, manifestantes se presentaron en la embajada sueca en Bagdad y prendieron un fuego para mostrar su enfado por sus amenazas de quemar el texto. Por su parte el primer ministro de Irak, Mohammed Shia Al-Sudani, ordenó la expulsión del embajador sueco del territorio y la retirada de la persona iraquí de Suecia. Pero esto podría no ser suficiente para tranquilizar a los ofendidos, y en la capital de Irak se convocó otra protesta para el viernes en la tarde.
En Suecia, el derecho de manifestación está amparado por la Constitución. Las leyes contra la blasfemia fueron suspendidas en la década de 1970. La policía suele autorizarlas, o no, con base a si cree que se podrá producir una aglomeración sin graves molestias ni riesgos para la seguridad de los ciudadanos. Para los musulmanes, la quema de un Corán representa una profanación blasfema de su libro sagrado.
Aunque no dio detalles de si dará marcha a cortar lazos diplomáticos con Estocolmo, Sudani pidió a los inconformes en el país que “identifiquen y se ocupen de cualquier asunto que intente desviar las protestas de su carácter pacífico y constitucionalmente protegido” y a las fuerzas de seguridad “que salvaguarden tanto la propiedad pública como la privada”.
El ministro Hossein Amirabdollahian, envió una carta al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, con motivo de la profanación y llamó a consultas al embajador sueco.
“Consideramos al gobierno sueco responsable del resultado de las reacciones a la provocación a los musulmanes del mundo”, afirmó el vocero del Ministerio de Exteriores, Nasser Kanaani.
Por su parte, el grupo insurgente chií libanés Hezbola convocó una protesta para el viernes por la tarde. Arabia Saudí y Qatar, dos naciones árabes suníes del Golfo Pérsico, convocaron a sus respectivos diplomáticos suecos para condenar el incidente. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía también lo criticó.
En Pakistán, el primer ministro, Shehbaz Sharif, condenó enérgicamente lo ocurrido en Suecia y pidió a la Organización de Cooperación Islámica, formada por 57 naciones, que desempeñe un “papel histórico para expresar los sentimientos de los musulmanes y poner fin a esta demonización.”
Esta es la segunda profanación del Corán en la que se ve implicado el cristiano iraquí, identificado como Salwan Momika, en Suecia. El mes pasado a quien los medios de comunicación locales y en redes sociales se le identificó como Momika, quemó un Corán frente a una mezquita en Estocolmo durante el feriado musulmán del Eid al-Adha, lo que suscitó amplias condenas en el mundo islámico.
En el pasado, la quema de coranes ha provocado manifestaciones en todo el mundo musulmán y en algunas de ellas se hizo presente la violencia. En Afganistán, el Talibán suspendió la actividad de organizaciones suecas en respuesta al último incidente. Un acto similar de un activista de extrema derecha ante la embajada turca hace unos meses complicó los esfuerzos de Estocolmo para convencer a Turquía para que diera el visto bueno a su admisión en la OTAN.
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