El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha acusado a la periodista Anabel Hernández de colaborar con la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos, un señalamiento que ha generado gran controversia en México. Esta acusación se deriva de las revelaciones de Hernández sobre vínculos entre el gobierno y el narcotráfico, especialmente en su investigación sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El pasado 8 de julio, AMLO entregó un reporte personal a los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en el cual se reconoce la responsabilidad del Estado en el crimen, pero se niega la participación del Ejército Mexicano. En este documento, el presidente cuestiona las investigaciones de Hernández, sugiriendo que sus fuentes de información podrían provenir de la DEA y que hay un intento de afectar a las instituciones mexicanas.
Hernández ha respondido a estas acusaciones afirmando que AMLO está utilizando sus revelaciones como un «escudo humano» para protegerse de las críticas y que esto demuestra que el presidente se siente ofendido por sus investigaciones. En una entrevista con Aristegui Noticias, la periodista calificó de «indignante» y una «gran traición» que el presidente priorice los intereses que lo atan al Ejército Mexicano sobre la verdad y la justicia para las víctimas de Ayotzinapa.
Las declaraciones de AMLO han provocado reacciones mixtas. Por un lado, algunos defensores del presidente argumentan que las acusaciones de Hernández carecen de pruebas sólidas y que sus investigaciones están motivadas por intereses externos. Por otro lado, defensores de la libertad de prensa y críticos del gobierno consideran que las acusaciones de AMLO representan un ataque directo a la libertad de expresión y al periodismo de investigación en México.
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