El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció una «pausa» en las relaciones diplomáticas con los embajadores de Estados Unidos, Ken Salazar, y de Canadá, Graeme Clark, como respuesta a las críticas sobre la propuesta de reforma judicial en México. Esta pausa no es un concepto formal en diplomacia, pero ha generado incertidumbre en los mercados y ha afectado el tipo de cambio.
La reacción a esta decisión diplomática no tardó en reflejarse en el mercado cambiario. La moneda mexicana, que había mostrado estabilidad en los últimos meses, cerró la jornada con pérdidas significativas frente al dólar, ubicándose en 19.79 unidades por dólar. Esta caída coloca al peso en una posición cercana a la de las divisas más depreciadas del año, solo superada por el peso argentino.
El anuncio de AMLO, que busca defender la soberanía e independencia de México frente a las críticas extranjeras, ha generado preocupación entre los inversores, que ven en esta situación un riesgo para la estabilidad económica del país.
En respuesta a la decisión de AMLO, la embajada de Estados Unidos emitió una nota diplomática reiterando su apoyo a la reforma judicial en México, pero expresó su preocupación sobre ciertos aspectos, como la elección popular de jueces, lo que, según ellos, podría no abordar adecuadamente la corrupción judicial ni fortalecer el Poder Judicial.
Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, respaldó al presidente, calificando los comentarios de los embajadores de Estados Unidos y Canadá como «injerencistas». Sin embargo, esta tensión diplomática ha exacerbado la volatilidad del peso mexicano, que ya había mostrado vulnerabilidad ante las fluctuaciones en el entorno político y económico global.
La disputa ha llevado a un deterioro en la comunicación entre AMLO y Ken Salazar, quien había sido un aliado cercano del mandatario mexicano desde su nombramiento como embajador en 2021. A lo largo de su gestión, Salazar y López Obrador sostuvieron más de 50 reuniones, pero las recientes críticas sobre la reforma judicial han generado un distanciamiento entre ambas partes, reflejando un cambio en la dinámica diplomática que podría tener mayores implicaciones para la relación bilateral y para la economía mexicana.
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