José Manuel Rueda Smithers
“Todo gobierno puede ser libre si observa la división de poderes,
de modo que ninguno de ellos puede predominar sobre los demás”.
Tanto quejarse en sus redes, en sus mañaneras, en sus medios, en todo lo que pudiera ponerse enfrente, para criticar el que la Magistrada Norma Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia, salió en fotos, sentada en el presídium mientras “los invitados especiales” aplaudían la llegada (dentro del recinto), al sr. López, en evento celebrado en Querétaro el 5 de febrero.
Pero ¿Por qué no soltaron la foto donde ella misma, el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez y el actual presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, lo recibieron y saludaron en la calle, para entonces dirigirse al interior de lo que fue la ceremonia del 103 aniversario de la Constitución en el Teatro de la República?
La respuesta se podría ser sencilla: porque sus aduladores encontraron una veta ideal para golpetear a los otros poderes y además argumentaron (de manera equivocada) el que la ministra rompió el protocolo al no levantarse para aplaudir al mesías morenista. Y se dieron gusto “filtrando la foto de la grosería”.
¿Y qué pasó? absolutamente nada. No representó absolutamente ningún daño ni al país ni a la figura del sr. López.
Quienes sí rompieron el protocolo, fueron los organizadores del evento mismo. Veamos: los Estados Unidos Mexicanos, nombre oficial de México, cuenta con tres poderes de gobierno o tres poderes políticos, a semejanza de otros países con gobiernos democráticos.
Esto es, los tres poderes debieron presidir el evento en Querétaro, y no solo el personaje que se sentó al centro.
Por si los logísticos de Morena no lo saben, ahí les van tan solo unas líneas de cultura cívica, de la que muestran poca, muy poca:
Dicen –no pocos libros- que la división, busca del equilibrio para que no todo el poder esté en manos de un solo grupo o persona; no solo en el Presidente de México pues en ello se basa la independencia y autonomía de cada órgano.
Hace la friolera de casi 400 años, Charles Louis de Secondat, filósofo y jurista francés, mejor conocido por la región donde nació, o sea: Montesquieu, en su obra El Espíritu de las Leyes, resaltó la división de los poderes, y afirmó que la ley es lo más importante del Estado.
Exactamente lo que el gobernante actual rechaza y ataca una y otra vez. Tal vez les dolió tanto el discurso de la presidenta de la SCJN, en el que recalcó, exigió de manera muy elegante, que se respete la Constitución. “En ella están plasmados nuestros derechos y libertades. En la Constitución está la organización y el funcionamiento de nuestra República. Nuestro compromiso con México es cumplirla y velar por su cumplimiento”.
Y el entorno del gobierno de la 4t, se volcó sobre los jueces y lo que representan: Por ejemplo, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, quien ha sido legislador por muchos, muchos años, y conoce de leyes, fue invitado a la mañanera para asegurar que la justicia perjudica “la acción del Gobierno con el propósito de prevenir actividades ilícitas en el sistema financiero de parte de individuos que están siendo sujetos a procedimientos jurídicos”. El funcionario ha asegurado que lo mismo ha pasado en decenas de casos, sin abundar mucho acerca de los mismos. Y eso sí, fue llevado a un carrusel de medios para ser entrevistado aquí y allá.
A ver hasta dónde se atreven a romper las leyes que juraron respetar y hacer cumplir.
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