El Senado de la República ha dado luz verde a la reforma a la Ley de Amnistía, otorgando al presidente Andrés Manuel López Obrador la facultad de liberar a delincuentes responsables de diversos delitos, incluidos aquellos de gravedad como el narcotráfico, homicidio, feminicidio o secuestro.
La condición para esta liberación es que los criminales aporten información relevante para esclarecer casos importantes para el Estado.
Con 67 votos a favor, principalmente de legisladores de Morena y sus aliados, y 32 en contra por parte de la oposición, el pleno del Senado aprobó esta reforma, que ahora pasa a la Cámara de Diputados para su análisis y aprobación.
La reforma permitirá al presidente otorgar el beneficio de la amnistía de manera directa, sin necesidad de seguir el procedimiento regular para estas situaciones. Esto se basa en la posibilidad de que los beneficiarios proporcionen elementos comprobables que sean útiles para la investigación de casos relevantes para el Estado Mexicano.
La iniciativa ha generado debate y preocupación entre expertos y la sociedad en general. Mariano Calderón, Socio de Santamarina y Steta, advierte que esta amnistía otorga al presidente una completa discrecionalidad para indultar a cualquier persona, incluso ignorando decisiones judiciales.
Este tema ha despertado inquietud sobre la posibilidad de que el presidente tenga un poder excesivo sobre el sistema judicial, al poder ignorar decisiones judiciales con su facultad de indulto. Además, existe preocupación sobre la falta de control jurisdiccional por parte de las víctimas, lo que podría limitar su capacidad para impugnar la amnistía ante el Poder Judicial.
La reforma a la Ley de Amnistía aún está en proceso legislativo y debe ser discutida y aprobada por ambas cámaras del Congreso de la Unión antes de su promulgación por parte del presidente.